Conmigo

Sé quien dices ser

  • 4 septiembre, 2013
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Lo que menos habla de ti es lo que dices de ti misma. Aunque sea cierto que alardear de tus logros (con mesura) sea parte de lo que se debe hacer para obtener un buen empleo o hacer buenas conexiones, si no hay actos detrás de esas palabras, tienes en el espejo un cascarón vacío. Y si detrás de esas palabras hay mentiras, tienes en el espejo un cascarón podrido.

Guardar coherencia entre lo que se dice y lo que se hace es importante para el ámbito profesional como para el personal. No debe hablarse de lo que no se tiene, ni mentirse sobre lo que sí se posee. Si te huelen los pies, la gente se va a dar cuenta aunque lo refutes; si no mides 6’2’’, también se enterarán tarde o temprano. Y así pasa con ejemplos menos gráficos, y sobre cosas más trascendentales que tu apariencia física, cosas sobre las que a veces también mientes, y que sólo hieren tu imagen personal.

El problema con eso de guardar coherencia. Nadie es perfecto, nadie puede evitar mentir. Mentimos sobre quiénes somos, sobre nuestra estatura, sobre nuestro estatus social, sobre nuestra edad, sobre nuestros miedos, nuestro pasado, nuestra falta de pasado—mentimos porque nos hace sentir que si lo decimos lo suficiente o nos atrapan y vamos con otra mentira, o se vuelve realidad.

¿Cómo, entonces, se puede ser coherente cuando mentir es tan humano? Dándote cuenta precisamente de eso. Si todos mentimos, si todos somos humanos, ¿por qué forzamos tanto la jugada? Si te bajas de los súper tacones con la plataforma interna escondida y aceptas tu tamaño real (hablo contigo, la que todavía quiere que creamos que eres así de alta), te darás cuenta de que otros también se sienten inseguros sobre su apariencia o sus actitudes.



Mientras más pronto lo veas, más pronto entenderás que no eres la única que todavía no lo tiene todo resuelto. Mientras más pronto lo veas, más pronto entenderás que no eres la única que espera convertirse en algo que no es sólo con decirlo, y más pronto entenderás que eso nunca funciona. Mientras más pronto lo veas, más pronto dejarás de tratar tanto de ser algo que probablemente ni estás segura de que quieres ser.

No será fácil (nada nunca lo es). Ser autocrítico, autoconsciente y tenerse compasión, es una misión para Deepak Chopra. Pero el primer paso definitivamente es buscarse en los demás, y comprenderlos.

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