Familia

La música y nuestros hijos

  • 4 julio, 2016
  • 9 MINS READ
  • COMPARTIR

Two pupils leaning on a pile of books while reading on touchpad

En los últimos años, nuestra sociedad se ha visto afectada por problemas sociales que han surgido como consecuencia de malas decisiones políticas, mala información en la población, falta de interés, o sencillamente la ignorancia.

Nuestra labor en el proyecto “Déjame crecer” consiste en puntualizar situaciones sociales y hacer un plan de sugerencias o planteamientos que podrían orientar a la población.  

En este primer escrito abordaremos el tema de la música como una de las variables que influye en la conducta humana.



La música siempre ha sido un elemento importante en la formación de la cultura que influye en sus costumbres y las emociones de las personas. El cambio en el género, ritmo y letra de las canciones que se escuchan en la actualidad ha sido dramáticamente proporcional al cambio que como sociedad hemos tenido.

Cada vez nuestra sociedad se vuelve insensible a las necesidades del otro, se nota menos respeto hacia las personas, tendencia a la agresión como forma de resolución de conflictos o situaciones cotidianas de la vida, inicio de relaciones sexuales a edad prematura o precoz, mayor índice de deserción escolar, embarazo en la adolescencia, más divorcio, mayor índice de relaciones extramaritales, mayor consumo de drogas y alcohol a edades tempranas, baile sexual como forma de baile usual, mayor abuso sexual infantil, y esta situación como padres debe preocuparnos.

Los jóvenes entre los 12-18 años, son los más propensos a ser influenciados por los estilos musicales a una edad en la que el vestuario, el peinado y lenguaje le ayudan a construir su identidad. Y esta es la población que muestra mayor consumo de material discográfico y son la audiencia principal de los canales de videos musicales.

Sin embargo, el cambio en este momento surge en que la influencia de la música se está viendo a edades más tempranas (7-10 años) y poco se ha escrito o dicho sobre los efectos del estilo de música y el mensaje de éstas que niños, jóvenes y adultos están consumiendo actualmente.

¿Cómo llegan estos contenidos a nuestros niños?

Destacaremos varios factores:

  • Mayor exposición a dispositivos electrónicos (televisión, internet, tabletas, celulares, redes sociales). Esto en gran parte se debe a la evolución tecnológica que hemos tenido y a que cada vez existen menos alternativas de ocio para los chicos más jóvenes o pequeños, quienes quedan bajo la supervisión de terceros que no necesariamente controlen los contenidos porque ellos también son usuarios de éstos.
  • La manera en la que tanto en la radio como en la televisión le modelan a nuestro hijos una manera ofensiva, con lenguaje o palabras no aptas para referirse a una persona, que envían el mensaje de que esta es la manera de comunicarse y de tratar a los demás. Este manejo, tanto verbal, como no verbal (vestimenta y gestos), usados para transmitir un mensaje o ganar público son la manera equivocada de subir “el rating”. ¿En qué momento el ser cordial, respetuoso, flexible, tolerante, paciente y sobre todo educado e íntegro pasó a ser anticuado? ¿qué valores queremos modelar? Por esto la tarea de educar cada vez se nos hace más difícil, y ¡no es para menos! Creemos que no es posible cambiar, pero para esto debemos parar las quejas y las críticas e ¡iniciar la acción!
  • Los adultos y muchas veces los padres son también consumidores de música reggaetón (a la que en este momento nos referimos, no criticando el género de música sino los mensajes, la lírica y contenidos visuales que se presentan) sin cuidar la presencia de sus hijos en esos momentos. El problema radica en que los adultos, tenemos la capacidad de escuchar estos mensajes y poder diferenciar entre el video, la letra, la realidad y permanecer arraigados a los valores que entendemos nos hacen mejores seres humanos y tomar decisiones correctas; pero nuestros hijos, niños y adolescentes, todavía carecen de la capacidad para observar, discernir o tomar una buena decisión sobre lo que sus padres ya están validando por sencillamente consumirlo, exponerlos y tomarles videos bailando, subiéndolos a redes sociales y siendo participes pasivos de la exposición de su hijo a temas que para su edad no sabe manejar. En este sentido, los padres no nos hemos detenido a pensar en la apertura y mensaje que su hijo está enviando a los observadores de los videos o personas buscadoras de chicos y chicas que puedan ser vulnerables para cualquier tipo de acto sexual o no.

¡Esto es una voz de alerta! Tenemos en nuestras manos algo de control, y podemos cambiar…

Veamos los contenidos que consumen nuestros hijos, dialoguemos, eduquemos, no permitamos que en eventos educativos como cumpleaños, campamentos y eventos sociales se pongan contenidos inadecuados y estemos pendientes de que no se fomente el baile sexualizado, ya que esta no es la única manera de pasar un buen rato y divertirse.

Existen muchos artistas excelentes, con «música pegajosa» que transmite mensajes positivos e historias de vida inspiradoras. Paremos la exposición de nuestros hijos, no seamos observadores pasivos o camarógrafos de cómo nuestros hijos se destruyen, cómo se pelean, se abusan y un adulto pasa a ser espectador del show, esto no puede continuar…

Es momento de dejar crecer a nuestros hijos, exponerles poco a poco a las cosas que su etapa de desarrollo amerita, educar en valores de respeto y tolerancia, porque solo así seremos mejores seres humanos.

Continuaremos abordando estos temas en otros escritos.

Gracias por leer.

Contacto: [email protected]

«Déjame Crecer» es una campaña sin fines de lucro que buscar orientar, informar y educar a padres, madres, educadores y la población en general sobre temas que afectan el desarrollo integral de nuestros hijos.

Síguenos en las redes @RevestidaMag.

Comentarios